La fatiga es común, pero también puede ser un síntoma de problemas de salud más preocupantes que requieren tu atención.
La fatiga nos pasa a todos
No quieres levantarte de la cama y, una vez que finalmente lo haces, no puedes encontrar la energía para hacer ejercicio. Durante el día, te falta la capacidad de concentrarte en cualquier cosa y te sientes cansado todo el tiempo.
Al igual que el insomnio y las pesadillas, la fatiga nos pasa a todo el mundo en algún momento. Es una dolencia común, informada hasta por un tercio de las personas que visitan a su médico de atención primaria.
En muchos casos, la fatiga es una respuesta normal a las circunstancias de la vida: estrés, un cambio en los patrones de sueño, una gran carga de trabajo. Dado que no siempre podemos evitar estas cosas, el Dr. Tom Declercq, profesor de medicina en la Universidad de Gante de Bélgica, sugiere que descanses más de lo habitual durante esos momentos para restaurar los niveles de energía. “Es muy importante escuchar a tu cuerpo cuando pide más sueño”, dice.
Cuando hablar con un doctor
Pero aquí está el problema: aunque la fatiga a menudo se puede resolver con descanso adicional y cambios en el estilo de vida, también puede ser un síntoma de algo más grave. El Dr. Declercq recomienda que las personas visiten a su médico de cabecera si notan otros cambios físicos además de sentirse cansados, o si su fatiga persiste durante más de dos semanas después de realizar cambios en el estilo de vida.
Al hablar con un médico, describir en detalle tu experiencia de agotamiento es esencial para ayudarte a identificar una causa subyacente. Aunque la fatiga se define generalmente como una falta de energía y motivación, esta puede manifestarse como física, mental o ambas. Algunas preguntas que podrías hacerte antes de una cita: ¿No te sientes renovado incluso después de una larga noche de descanso? ¿Te cuesta concentrarte en proyectos? ¿Te cansas rápidamente cuando haces actividad física?
Qué podría significar tu fatiga
La fatiga acompañada de fiebre puede indicar una infección, mientras que los mareos pueden ser un signo de anemia. La dificultad para respirar puede sugerir una enfermedad cardíaca. Si sientes tristeza o nerviosismo, la depresión o un trastorno de ansiedad podrían estar causando tu fatiga, y podría mejorarse tomando un antidepresivo o iniciando una terapia cognitivo conductual.
La fatiga que aparece de repente, persiste y se asocia con una pérdida de peso inesperada o con sudores nocturnos puede ser una señal de alerta para el cáncer.
Naturalmente, se debe considerar la calidad y la cantidad de sueño que está obteniendo. Una mala higiene del sueño, como usar pantallas (tv, smartphone, Tablet, etc.) a altas horas de la noche, puede perturbar tu descanso. La apnea del sueño es otro culpable común; con esta afección dejan de respirar durante al menos 10 segundos a la vez durante el sueño.
Cualquier cantidad de alcohol que consumas puede empeorar tu sueño, pero cuanto más consumas, mayor será su efecto. Si bien el alcohol puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido, interrumpe los ritmos circadianos y, por lo tanto, es un obstáculo para obtener un descanso reparador.
Signos del síndrome de fatiga crónica
¿Cuándo la fatiga se convierte en síndrome de fatiga crónica (SFC)? No existe una prueba de diagnóstico específica para el síndrome de fatiga crónica (también conocida como encefalomielitis miálgica o enfermedad de intolerancia al esfuerzo sistémico), pero la afección se define como una fatiga profunda y prolongada que permanece durante al menos seis meses sin una causa identificable, afecta su función cognitiva y conduce hasta un agotamiento debilitante incluso después de un esfuerzo físico o mental menor. No está claro cuántas personas tienen SFC y qué podría estar detrás.
Si bien no es una cura, el ejercicio puede ayudar con los casos persistentes. “Cuando las personas tienden a tener un problema de fatiga crónica, no es una buena idea quedarse en su silla. Es mucho mejor moverse”, dice el Dr. Declercq.
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