Cientos de personas necesitadas y en peligro debido a la ola de frío polar encontraron calor y alimentos gracias a un buen samaritano.
El dueño de una tienda de muebles de Houston en Estados Unidos está brindando refugio y comidas calientes a los tejanos sin electricidad mientras la nieve, el hielo y las temperaturas bajo cero continúan afectando el sur de Estados Unidos.
Jim McIngvale, conocido como Mattress Mack, es conocido por abrir las puertas de sus tiendas de muebles a los más necesitados.
En 2017, transformó algunas de sus tiendas Gallery Furniture en refugios después del huracán Harvey. Hizo lo mismo en 2005, cuando muchos huyeron de Luisiana después del huracán Katrina.
David J. Phillip / AP
Ahora, en 2021, el hombre de 70 años está invitando a cientos de personas a buscar refugio en su tienda Houston Gallery Furniture.
"Lo menos que podemos hacer es abrir esta tienda de muebles para que la gente entre y pueda estar en un lugar más cálido", dijo Mattress Mack a KHOU-TV. "Sofás y muchos televisores disponibles, muchos colchones disponibles y mucha comida caliente".
“La logística es un poco difícil, pero estamos haciendo que funcione. Lo principal es sacar a la gente del frío".
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| Mark Felix para The Washington Post |
La red eléctrica del estado, está aislada del resto del país y no pudo satisfacer la demanda de energía ante el clima gélido producido por una ola polar. Muchos de los que necesitan atención médica que depende de la electricidad se encuentran en condiciones espantosas y furiosos por lo poco preparado que estaba el estado para el hielo y la nieve.
Como si eso no fuera suficiente, en una demostración total de falta de empatía y responsabilidad, el alcalde de Texas, recurrió a Facebook para exigir que las personas “perezosas” obtengan electricidad y agua por su cuenta. Tim Boyd, el alcalde de la ciudad de Colorado, Texas, retiró su cargo y renunció después de escribir que estaba "enfermo y cansado de que la gente buscara un maldito folleto". Algo realmente repudiable.
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Todo lo contrario fue lo que hizo Mattress Mack. Sus tiendas Gallery Furniture tienen camas, mantas e incluso comida para familias que luchan después de que los cortes de energía.
"Pasamos la noche, prácticamente, en el frío, que es algo que nunca he hecho", dijo Denistra Hunt a KHOU. "Con un niño de 2 años, era terrible. Nos acostamos todos en una cama y nos cubrimos".
Desde el martes, unas 350 personas por noche han aceptado la oferta en dos de sus tres tiendas, mientras que hasta 800 han entrado cada día para calentarse y tomar café, bocadillos o una comida en la cafetería.
Si bien la tienda tiene energía suministrada por un generador lleno con 15,000 galones de combustible diesel, solo un grifo funciona debido a las tuberías congeladas, dijo Jim McIngvale.
Facebook
También trajo inodoros portátiles e instaló un sistema de descarga especial en los baños con agua extra.
El señor McIngvale también ha pagado a los vendedores de comida para que traigan tacos, enchiladas, hamburguesas, perros calientes y burritos de desayuno.
“A quien se le ha dado mucho, se le espera mucho”, dijo. “Nos hemos beneficiado del apoyo público a lo largo de los años, por lo que es nuestra obligación abrir nuestras puertas y dejar que la gente entre a tomar un respiro de la tormenta. Es lo justo y lo teníamos que hacer".
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Jim dijo que sabía que tenía que volver a ofrecer las camas y los sofás en sus tiendas después de presenciar una escena triste mientras conducía a la iglesia el día de San Valentín.
“Vi a unos policías que cubrían con una sábana a un vagabundo que se había muerto de frío”, dijo. “Eso realmente me atrapó. Entonces decidí que abriría las tiendas a todo el mundo si empeoraba mucho (el clima), y así fue".
Zach Chambers / Bloomberg News
Felicia Maten se presentó con su hija, Ebony Augustine, de 23 años, y su madre, Dora Maten Bell, de 65, después de que las tuberías estallaran dentro de su condominio, a unos 20 minutos en automóvil de la tienda de muebles.
“Hacía 17 grados adentro. Pudimos ver nuestro aliento”, dijo Felicia, de 42 años. “Había perdido la sensibilidad en los dedos de los pies y a mi mamá le sangraba la nariz. Cuando mi vecino me habló de este lugar, supimos que teníamos que salir de allí".
Jim McIngvale con su traje de colchón en 2017 (Facebook)
Felicia dijo que casi se echa a llorar cuando el señor McIngvale los saludó calurosamente y los ayudó a acomodarse para pasar la noche.
“Nos dieron de comer pollo asado, arroz y frijoles, fruta y café”, dijo. “Fue como una respuesta a nuestras oraciones. Hay una sensación tan maravillosa aquí. Ha sido como ir a la casa de mis abuelos”.
Ahora todas estás personas han encontrado una ayuda inesperada y salvadora para su difícil situación gracias al buen corazón de un hombre que no quiso ser indiferente a la necesidad de otros.
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