Enfermera que ayudó a pacientes con COVID-19 dona su riñón a un niño pequeño para salvarle la vida


A los 30 minutos de descubrir que un niño necesitaba con urgencia un trasplante de riñón, la enfermera se inscribió para intentar ser su donante.

 

Taylor Pikkarainen, de 27 años, es una enfermera independiente que pasó más de dos meses ayudando a salvar las vidas de pacientes con COVID-19.

Luego de su gran trabajo, regresó a su estado natal de Minnesota (EE.UU.) para realizar una obra más de amor que ni ella imagino que podría hacer, salvar la vida de un niño al donar su riñón.

"Se siente realmente bien que esté sano y feliz", dijo Taylor sobre Bodie, el pequeño beneficiado que cumplirá 2 años en diciembre. "Es asombroso y estoy muy, muy agradecida".

Gloria Hall


La noble enfermera se enteró de la necesidad de Bodie por un riñón a principios de este año a través de su cuñada, que es una amiga cercana de la madre de Bodie, Gloria Hall.

Bodie nació con síndrome nefrótico congénito, una afección potencialmente mortal que hace que su cuerpo descargue demasiada proteína en la orina y finalmente origina la insuficiencia renal, según M Health Fairview University of Minnesota Masonic Children's Hospital, donde se sometió al trasplante en julio.

Uno de los cuatro hermanos mayores de Bodie también tiene el síndrome y requirió un trasplante de riñón hace cinco años; Gloria fue la donante. Debido a que ella ya había donado un riñón y su esposo, el padre de Bodie, no era compatible con su hijo, la familia pidió un donante de riñón.

Gloria Hall

Una vez que Taylor Pikkarainen se enteró de la necesidad de este pequeño, supo casi de inmediato que quería ser la donante de Bodie.

"Estaba sentada allí y rápidamente busqué los efectos secundarios para mí como donante, por ceder un riñón", dijo. "Siempre existe un riesgo con la cirugía, pero no hay un mayor riesgo de enfermedad renal o insuficiencia renal, al tener solo un riñón en lugar de dos".

"Y en media hora me estaba inscribiendo", continuó.

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Gloria Hall, que vive en un pueblo vecino a Taylor, dijo que recuerda el momento exacto en que recibió una llamada "inesperada" en febrero de que su hijo finalmente tenía un donante de riñón.

"Creo que el sentimiento más grande fue de alivio porque realmente era lo que pesaba sobre nuestras cabezas", dijo, quien en ese momento no sabía que Taylor era la donante. "Sabíamos que era el momento en el que necesitaba someterse a la cirugía y obviamente no podríamos hacerlo sin un donante de riñón".

Gloria Hall

Bodie pasó un mes en el hospital después de su nacimiento y ha tenido que someterse a tratamientos frecuentes para ayudar a mejorar su función renal. También ha dependido de una sonda de alimentación desde los siete meses de edad.

Taylor dijo que pensó en permanecer en el anonimato como donante de Bodie, pero luego decidió decírselo a los Hall enviando una carta y un peluche para Bodie.

También conoció a Bodie en persona por primera vez unos días antes del trasplante, que se retrasó debido a la pandemia de coronavirus.

"Se suponía que su nefrectomía sería en marzo, justo al comienzo del COVID", dijo Gloria, refiriéndose a la cirugía que tuvo que realizarse para extirpar los riñones de Bodie antes del trasplante. "Y nos dijeron que tenían que retrasar la cirugía".

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"El hospital básicamente cerró todas las cirugías que no eran de emergencia", dijo. "Para nosotros, preocuparnos por Bodie y su salud, fue frustrante, pero al mismo tiempo, nadie en ese momento sabía cómo iba a ir la situación".

La nefrectomía de Bodie se reprogramó para mayo y se sometió a ocho semanas de diálisis, lo que implicó estar conectado a una vía intravenosa durante cuatro horas a la vez cuatro veces por semana.

El 9 de julio, el cumpleaños número 27 de Taylor, Bodie recibió su riñón donado en un procedimiento de trasplante que duró alrededor de seis horas

Gloria y el resto de los miembros de la familia de Bodie están más que agradecidos por el sacrificio que hizo Taylor. “Es el regalo más asombroso que creo que puedes darle a alguien”, explicó la hoy feliz mamá.

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La solidaria enfermera fue dada de alta del hospital después de solo tres días y tuvo una buena recuperación, y agregó que espera que compartir su historia ayude a inspirar a otras personas a ser donantes de órganos porque muchas personas lo necesitan e inclusive mueren esperando un trasplante.

"Nunca antes me habían operado ni me habían hospitalizado, así que no sabía qué esperar", dijo. "Pensé que iba a ser más difícil de lo que era, en realidad".

"Lo volvería a hacer al 100%", añadió.

Afortunadamente, los dos se han recuperado y están bien. De hecho, Bodie está mejorando mucho. Su madre dijo que se ve más saludable que nunca, ¡incluso dio sus primeros pasos poco después de la cirugía!

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Ahora, Taylor recibe una actualización de texto sobre la mejora de Bodie y sus pequeñas victorias casi todos los días. ¡Realmente han pasado de ser extraños a familiares gracias al amor solidario!

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