Obtener suficiente proteína es importante en todas las edades, pero a medida que envejecemos, este nutriente se vuelve aún más crítico y por eso te damos las siguientes recomendaciones.
La proteína sirve para ayudarnos a recuperarnos, reparar los daños en nuestro cuerpo y nos da energía durante todo el día.
El ciclo de la vida hace que nos debilitemos a medida que envejecemos, y aumentar la ingesta de proteínas puede ayudar a retrasar el proceso de envejecimiento.
Entonces, ¿qué tipo de proteína deberías comer?
Las proteínas de origen animal suelen ser lo primero en lo que la gente piensa cuando busca aumentar la ingesta de proteínas, pero las opciones de origen vegetal también son eficaces. Los pistachos y los corazones de cáñamo (semillas descascadas de la planta del cáñamo) ofrecen 6 y 10 gramos de proteína por porción respectivamente y son fáciles de integrar en ensaladas, avena y batidos.
A medida que envejecemos, nuestros cuerpos necesitan más "reparaciones". La proteína es una excelente manera de proteger nuestro cuerpo del deterioro del envejecimiento y mantenernos con energía.
Un estudio reciente recomendó que los adultos mayores sanos consuman de 1 a 1,2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día y que las personas mayores con enfermedades agudas o crónicas, la ingesta de proteínas podría aumentarse de 1,2 a 1,5 gramos por kilogramo de peso corporal.
¡Consulte con su médico para asegurarse de que está cumpliendo con sus objetivos diarios de proteínas y mejore su calidad de vida!
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