Huyó a Polonia con su familia y sus perros que son parte de ella en un peligroso y emotivo viaje.
Alicia tiene 35 años. Ella es una de las miles de personas que huyen de Ucrania devastada por la invasión rusa. La mujer vivía en Kiev con su familia y, de la noche a la mañana, tuvo que partir para llegar a Polonia.
Una conmovedora historia que se hizo viral en las redes sociales por una foto: cargando a su perro Bullet sobre su espalda durante más de 17 kilómetros, un pastor alemán de 12 años y medio y demasiado mayor para ir tan lejos por sus propios medios.
Alisa perdió a su padre de 59 años el 23 de febrero. Un día después, Putin comenzó la invasión a Ucrania. Ni siquiera pudo hacer el funeral y su cuerpo quedó en la morgue. Así que tuvo que separarse de su marido que se quedó en Ucrania con miles de otros hombres llamados a las armas para proteger el país.
“Soy programadora informática y trabajo para una empresa alemana. Me ayudaron a salir de Ucrania para llegar a Polonia. Salimos de Kiev en un pequeño Peugeot 307. Éramos nueve, yo, mi madre, mi hermana, nuestros dos maridos, cuatro hijos y dos perros grandes, incluido un anciano pastor alemán. Era imposible moverse dentro del coche. Condujimos durante 16 horas hasta un pueblo a unos 140 km de Kiev”, dijo a The Guardian.
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| Alisa /Guardian Community |
El grupo decidió detenerse una noche en ese pueblo y salir por la mañana porque era peligroso. Cerca de la frontera con Polonia había muchos autos y no podían quedarse atascados en el vehículo durante los próximos tres o cinco días, así que decidieron caminar los últimos 17 km hasta la frontera.
“Salimos a las 4 de la mañana: hacía siete grados bajo cero. Fue un viaje difícil entre montañas y ríos. Mis hijos lloraban de frío. Yo también quería llorar, pero no podía rendirme… fue idea mía ir a la frontera”.
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| Alisa /Guardian Community |
Un camino hecho lleno de desesperación, del dolor de los que han dejado mucho atrás y también de cansancio: su perro Bullet hizo todo lo posible para caminar, pero era demasiado viejito para poder continuar. Después de un kilómetro cayó al suelo y ya no podía levantarse.
“Detuve algunos autos y pedí ayuda, pero todos se negaron a cargarlo. De hecho, nos aconsejaron que dejáramos a los perros. Pero son parte de nuestra familia. Mi perro vivió todos los momentos felices y tristes con nosotros. Es el perro de mi madre y es todo lo que le queda de su vida anterior”.
Y así decidieron llevar al perro sobre sus hombros, como había visto hacer a su marido. Y metro tras metro finalmente lograron llegar a la frontera donde fueron recibidos en grandes carpas rojas. “Cuando llegamos allí dimos nuestros primeros pasos en Polonia, mostramos nuestros pases. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaríamos bien, que estábamos en un lugar seguro".
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| Alisa /Guardian Community |
Lamentablemente, el esposo de Alicia no pudo cruzar la frontera debido a su edad y a la orden de movilización para defender el país. Él tuvo que volver al pueblo para cuidar de su madre y su abuela. Allí sólo son siete personas y casi todos tienen más de 60 años. Todos están en una pequeña casa sin agua. No hay tienda, ni farmacia, ni agua ni comida en el pueblo y están usando leña para calentar la casa.
“Fue duro dejar Ucrania. Primero perdí a mi padre, y ahora dejo a mi marido allí. Mi marido es una gran parte de mí, es mi mejor amigo, mi compañero, mi consejero. Nuestro amor sin límites es lo que me da fuerzas ahora”.
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| Alisa /Guardian Community |
“Todo se ha quedado en Kiev, la vida, los aparatos, todo. Pero son sólo cosas. Lo único que he dejado en Ucrania es mi marido y el cuerpo de papá”.
“Mi padre sigue en la morgue, y espero que cuando vuelva siga allí. Haré el mejor funeral que pueda”. Finalizó.
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| Alisa /Guardian Community |
La guerra trae solo dolor e injusticia, pero a pesar de ello, el amor por los seres que aman está haciendo que muchas personas lleven a sus animales a toda costa porque son parte de su familia y nunca se abandona.
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